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El Día Internacional del Té y la Sabiduría de una Taza Vacía
Cada 21 de mayo, el mundo celebra el Día Internacional del Té, una bebida que ha unido culturas, inspirado poetas y calmado almas por milenios. Más que una infusión, el té es un ritual, un puente entre lo cotidiano y lo sagrado. Para honrar esta fecha, desde Aromas de la Casita, compartimos una historia zen que encapsula su esencia.
Hace siglos, en las montañas de Japón, un joven monje viajó hasta un templo remoto para aprender de un maestro de té conocido por su sabiduría. Al llegar, el discípulo, lleno de entusiasmo, comenzó a hablar de sus años de estudio, de los textos sagrados que había memorizado y de las técnicas de preparación que dominaba. El anciano maestro escuchó en silencio y, sin prisa, sirvió té en la taza del visitante.
Sin embargo, siguió vertiendo el líquido incluso cuando la taza se desbordó. El joven, incómodo, exclamó:
—¡Maestro, la taza está llena! No cabe más.
El anciano dejó la tetera y sonrió:
—Así es tu mente. Llena de ideas, certezas y palabras. ¿Cómo esperas aprender algo nuevo si no la vacías primero?
El monje, avergonzado, comprendió. El arte del té no residía en el conocimiento, sino en la presencia: en observar el vapor danzando, en sentir el calor de la cerámica, en escuchar el silencio entre sorbo y sorbo. Aquel día, el té le enseñó a soltar para recibir.
Hoy, esta historia resuena con fuerza. El Día Internacional del Té no solo conmemora su impacto económico o cultural, sino que invita a reconectarnos con la simplicidad. En cada taza hay un recordatorio: la vida se saborea mejor cuando dejamos espacio para lo nuevo, cuando permitimos que el aroma del momento nos envuelva sin prisas.
Que este día nos encuentre, como aquel monje, dispuestos a vaciar nuestras tazas. Porque en el arte de servir y beber té, siempre hay lugar para el asombro.
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